El pasado viernes la ciudad de Molina de Segura (Murcia) acogió la conferencia del profesor Yves Cabannes «Presupuestos participativos: el camino hacia la co-gestión y el control de lo público» en la que se analizaron los elementos básicos de esta herramienta de participación ciudadana que cuenta ya con cerca de 3.000 experiencias en todo el mundo. Muchas de ellas han sido estudiadas por el Dr. Cabannes, profesor emérito de Economía del Desarrollo de la Universidad College de Londres y durante muchos años coordinador regional del programa de Naciones Unidas de gestión urbana para América Latina y Caribe, entre otros proyectos de investigación. Su experiencia en el estudio de este campo le convierte en una de las voces más autorizadas para hablar de presupuestos participativos, todo ello desde que en 1989 actuara como consultor en el primer presupuesto participativo de la historia: el de Porto Alegre.
En la mesa le acompañaba el Dr. José Molina, presidente del Consejo de la Transparencia de la Región de Murcia, y durante los últimos años también asesor de la experiencia de presupuestos participativos de Molina de Segura, un camino que comenzó en 2007 con la aprobación del Reglamento de Participación Ciudadana. La experiencia molinense, suscitada de «abajo a arriba» (una de las claves de su éxito) desde la base de una sociedad civil fuerte y organizada a través de la Federación de Asociaciones de Vecinos-Interbarrios, y anclada por la existencia de voluntad política en la figura del alcalde, Eduardo Contreras, y el imprescindible consenso político alcanzado con los partidos de la oposición (fundamental para evitar partidismo y cooptación), vive en 2016 la consolidación del proyecto de presupuesto participativo.
Precisamente, la presencia del profesor Cabannes estuvo acompañada de la presentación del «Manual y Autorreglamento de Presupuestos Participativos 2016«, un documento que supone la guía para todo el proceso que se desarrollará durante los próximos meses, y que está sirviendo de faro a otros municipios murcianos que muy pronto abordarán la experiencia, como es el caso de Alhama.
La continuidad y consolidación de este tipo de iniciativas fue destacada por el profesor Cabannes durante su intervención como uno de los principales retos de futuro. Su volatilidad muchas veces va de la mano con la llegada de cambios a las Alcaldías, otras veces por la falta de recursos, o simplemente porque las experiencias no han sido implantadas desde abajo, sino como meros instrumentos del poder (es decir, de manipulación). De ahí la importancia de que surjan desde la base, desde la sociedad civil organizada, y que este impulso sea acogido como compromiso por todo el arco político del Pleno. En este sentido, Molina de Segura casi lo consiguió, con un pacto por la participación ciudadana que fue firmado por todos los partidos a excepción de Ciudadanos antes de las elecciones municipales de mayo de 2015.
Los presupuestos participativos precisan de una voluntad, pero también de una inversión (en términos humanos y económicos), incluso muchas veces acompañan a cambios organizativos dentro de la institución. Pero sus resultados, como apuntó el Dr. Cabannes, son tangibles en un corto espacio de tiempo. Esto es principalmente lo que explica su éxito en multitud de experiencias que han demostrado ser muy útiles para lograr una mejor priorización y gestión del gasto (ojo, priorizar no es recortar, nos insistió a los presentes), convirtiéndose en una auténtica «escuela de aprender a gastar mejor». El presupuesto participativo también es una herramienta para alcanzar una distribución más equitativa de los recursos públicos: estamos hablando de justicia social y espacial, de un desarrollo y un destino para las ciudades participado y consensuado.
Aquí llegamos a otro de los retos destacados por el profesor Cabannes: lograr construir una relación entre el presupuesto participado y el desarrollo económico local. La creación de riqueza económica y empleo se constituye como una de las dimensiones fundamentales de los presupuestos participativos. Las otras son la política y de gestión (rendición de cuentas, transparencia, eficiencia..); la estrictamente presupuestaria (por ejemplo, el gasto por habitante de presupuesto participado); la jurídico-legal (la existencia de normas que regulen el proceso); la territorial (fenómeno de descentralización que provocan estas iniciativas); y por supuesto la participativa, que es la que concierne a los ciudadanos que participan: cuántos de ellos y quiénes.
En este último sentido, los presupuestos participativos suponen, como destacó Cabannes, una potente herramienta de inclusión. Existen colectivos como inmigrantes, mujeres o jóvenes que suelen registrar baja participación, por lo que resulta interesante articular modelos de presupuesto participativo «de base actoral», y no solo territorial o temático. En realidad, los modelos son perfectamente compatibles, se pueden ir alternando o convivir dentro de un mismo ejercicio de presupuestos participativos. Cabannes destacó también lo que suponen nuevos fenómenos de ciudadanía global en torno a los presupuestos participativos: migrantes que contribuyen al desarrollo de estos procesos en sus países de origen.
Pero no solo es imprescindible la participación de la ciudadanía, también la del Gobierno local. Estos procesos precisan de articular una amplia comunicación, difusión y formación, claves para su continuidad. Al fin y al cabo, los presupuestos participativos son una escuela de educación cívica que hay que incentivar y motivar para lograr índices de participación aceptables… e informados. Si no existe una ciudadanía activa e informada la calidad de los presupuestos participativos, de la deliberación, se resiente. La calidad de los procesos deliberativos en torno a los presupuestos participativos ha sido estudiada por el propio Cabannes y otros expertos como José Molina, que propuso en su tesis doctoral una serie de herramientas o «indicadores de deliberación» dentro del presupuesto participativo para alcanzar el consenso.
Los demostrados beneficios de la implantación de los presupuestos participativos, basados en la deliberación, han sido ampliamente medidos: promoción de una ciudadanía activa e informada, de la justicia social, incluso de reformas administrativas tendentes a su modernización. Un fenómeno que debe enfocarse hacia la auténtica delegación de poder y cuya expansión es irreversible, según Cabannes: «no se va a parar».
En su diversidad, no existe un modelo único, los presupuestos participativos están ya presentes en África (alrededor de 350 procesos), Estados Unidos (Nueva York y la experiencia pionera de Chicago), Asia, países árabes, Europa y por supuesto América Latina (donde de largo se recogen más experiencias). Estamos hablando de iniciativas que tienen lugar principalmente en el ámbito municipal, pero que también han tenido y tienen su espacio en el nivel supramunicipal (regiones, provincias) e inframunicipal (distritos, barrios…) así como en instituciones como parroquias, universidades, etc. Ciudades más o menos ricas, grandes y pequeñas urbes, mundo rural y urbano, el presupuesto participativo tiene algunas condiciones generales para asegurar su éxito pero no límites ni reglas fijas. Cada presupuesto participativo es diferente y único.
Lo que en Porto Alegre, en 1989, supuso una experiencia de innovación pública se ha convertido 27 años después en un fenómeno mundial. La fuerza de los presupuestos participativos radica en dar a la ciudadanía la posibilidad real de participar en la co-gestión de lo público, recuperando una voz (la deliberación) que la democracia representativa (el voto cada cuatros años) ha secuestrado. De este modo, como firmaba el encabezado de la ponencia de Cabannes, el destino de las ciudades estará de verdad en manos de sus habitantes.
Lecturas recomendadas:
Cabannes, Y. & Lipietz, B. (2015). The democratic contribution of participatory Budgeting. International Development, Working Paper Series, núm. 15-168.
Cabannes, Y, Delgado, C (ed), 2015. Participatory Budgeting, Dossier Nº 1, Another city is possible ! Alternatives to the city as a commodity series, Lisbon.
Molina, J. (2010). Los presupuestos participativos. Un modelo para priorizar objetivos y gestionar eficientemente en la administración local. Navarra: Aranzadi.
Cabannes, Y. (2004). 72 preguntas frecuentes sobre presupuestos participativos municipales. UN-HABITAT.
*Agradecimiento fotos: Partido Popular de Molina de Segura.
Deja una respuesta